El mercado de nuevas emisiones nos ha brindado muchas oportunidades en una gama de diferentes tipos de bonos. Entre ellos figuran los bonos con grado de inversión, los híbridos corporativos y los financieros subordinados. Uno de los segmentos en los que hemos sido extremadamente selectivos es el high yield.
Motivos por los que nos gusta el grado de inversión
En el segmento de grado de inversión, aunque los diferenciales de crédito son reducidos, lo cual indica unos fundamentales saludables, las rentabilidades atractivas y las nuevas emisiones netas relativamente bajas ya están impulsando los flujos de capital hacia esta clase de activos. También hemos visto una buena cantidad de nuevas emisiones que, en nuestra opinión, están, por lo general, bien valoradas.
Entre los ejemplos que hemos añadido a nuestros fondos más enfocados al grado de inversión se incluyen:
- London Power Networks: emitió un bono con calificación A, cupón del 5,875% en GBP y vencimiento en 2040.
- Suez: bono con calificación BBB, cupón del 4,5%, en EUR y vencimiento en 2033.
- JP Morgan: bono sénior con calificación A, cupón del 4,457%, en EUR y vencimiento en 2031.
Prudencia con el high yield
En cuanto al high yield, las nuevas emisiones han sido muy limitadas en los dos últimos años, después de que las empresas realizaran numerosas emisiones en 2020 y 2021. Como resultado, el final de los vencimientos está cada vez más cerca y las empresas tendrán que financiarse a tipos mucho más altos de lo que han podido hacerlo anteriormente.
Esto, unido al deterioro de los datos económicos, además del aumento de las insolvencias y la morosidad, nos hace ser más prudentes con respecto al high yield.
En los fondos orientados hacia los sectores de mayor rentabilidad del mercado, hemos mejorado la calidad crediticia general. De este modo, además de reflejar nuestra opinión sobre los retos a los que se enfrentarán muchos emisores high yield en un entorno de costes de financiación más elevados, nos protegemos contra el riesgo de una desaceleración económica.
Aunque no es seguro que se produzca una desaceleración económica, tenemos mucha más certeza sobre los riesgos que el aumento de los costes de financiación plantea al mercado de bonos high yield. Somos muy prudentes con los emisores que presentan un mayor apalancamiento, cuyos balances se elaboraron en un entorno de financiación muy diferente. Incluso teniendo en cuenta que los tipos de interés y la rentabilidad seguirán bajando, es posible que estas empresas no puedan refinanciarse a un nivel asumible.
Cabe destacar que se ha producido una clara disparidad entre la rentabilidad exigida para los créditos más fuertes y los más débiles. Mientras que el diferencial de los bonos europeos con calificación BB y B se redujo, el de los bonos con calificación CCC e inferior aumentó de forma sustancial.