Por lo general, una cartera equilibrada tradicional invierte en renta fija y renta variable, y normalmente en porcentajes más o menos parecidos. Como la renta variable tiende a ser significativamente más volátil que la renta fija, la cartera general suele estar significativamente sobreexpuesta al riesgo de la renta variable.
Por el contrario, el IBRA invierte en renta fija, renta variable y materias primas con tres factores macro (crecimiento, recesión e inflación) y la exposición a cada uno de estos tres factores macro está guiada por su riesgo relativo. Para ser exactos, la exposición al riesgo “neutral” a cada factor macro es del 33% y puede oscilar entre el 16% y el 50%, dependiendo de dónde el equipo de inversión vea las mejores oportunidades.