Situación actual: ¿sigue siendo interesante el crédito GI?
Desde principios de 2023, el sentimiento económico mundial se ha vuelto ligeramente más positivo. La preocupación por una recesión ha empezado a disiparse, ya que las economías se han mostrado más resistentes de lo esperado.
A medida que se empieza a hablar de una desaceleración suave, los diferenciales del grado de inversión se han reducido, lo que significa que la oportunidad de obtener rentas ya no es tan buena como lo era a finales de 2022. Sin embargo, creemos que el crédito GI sigue siendo interesante por varias razones clave:
La economía mundial aún no está fuera de peligro
Si bien los datos en Europa han sido últimamente mejores de lo esperado, gracias a la caída de los precios del gas y a la reactivación de China, no se descarta aún la posibilidad de una recesión, y todavía no se ha visto el efecto completo de las anteriores subidas de tipos.
En este contexto, una clase de activos más defensiva como el crédito GI podría resultar más interesante que activos de mayor rentabilidad.
La rentabilidad sigue siendo muy convincente
A pesar del fuerte repunte de enero, la rentabilidad de esta clase de activos registró una corrección en febrero, aunque sigue en máximos no vistos desde 2009. Los flujos y los fundamentales corporativos siguen siendo muy favorables. La rentabilidad del grado de inversión global está en torno al 5% y se aproxima a la observada anteriormente en el high yield y los mercados emergentes durante gran parte de la última década1.
La rentabilidad de los bonos corporativos suele ser elevada a los 12 meses de alcanzarse el mínimo del ciclo
Aunque parece que los tipos están llegando a máximos, con la recuperación de los mercados en enero, ahora podría ser un buen momento para entrar en el mercado.
En la Figura 1 se muestra la rentabilidad de los bonos corporativos a lo largo de un periodo de más de 50 años, y se indican los máximos y mínimos. El sombreado gris destaca los periodos de 12 meses posteriores a los mínimos más importantes.
Como se puede ver, históricamente, la rentabilidad de los bonos corporativos ha sido positiva durante un largo periodo tras grandes ventas masivas del mercado.