Luz verde: los inversores corren hacia oportunidades financieras sostenibles

Conclusiones

1. El apetito por estrategias de inversión sostenibles es mayor que nunca – especialmente entre los inversores más jóvenes.  
2. Las iniciativas de los inversores y de los gobiernos ayudan a impulsar la transición energética hacia un modelo económico más ecológico y más limpio.
3. La transición podría crear crecimiento económico y millones de empleos.

La demanda de inversiones sostenibles es mayor que nunca. A finales de septiembre de 2021, los activos de fondos sostenibles alcanzaron la cifra récord de 3,9 billones de dólares¹

Esto significa que los inversores están poniendo 3.000 millones de dólares al día en estos fondos y que diariamente se emiten más de 5.000 millones de dólares en bonos y préstamos diseñados para financiar iniciativas ecológica².

Son cifras asombrosas que indican que las finanzas ecológicas ya no son un área nicho, sino más bien una fiebre del oro de la era moderna.

Este apetito, especialmente entre los inversores más jóvenes, se muestra en estudios que indican que en torno a un tercio de los millennials emplean, frecuente o exclusivamente, inversiones que tienen en cuenta criterios medioambientales, sociales y de buen gobierno (ESG por sus siglas en inglés), comparado con el 19% de la Gen Z, el 16% de la Gen X y el 2% de los baby boomers³.

Este crecimiento de la demanda trae aparejada la posibilidad de un efecto multiplicador ya que la creación de empleo y las iniciativas gubernamentales siguen impulsando una economía más ecológica y más limpia. 

No hay frenos para los bonos ecológicos

Los bonos ecológicos son uno de los ejemplos más fuertes de aumento de captación en el mercado de deuda sostenible. La emisión de bonos ecológicos españoles el año pasado batió récords al captar 55.000 millones de euros, el doble que en el año anterior. De hecho, 15 de cada 100 euros emitidos en el mercado de bonos en 2021 fueron sostenibles⁴.

Los países y compañías que han emitido deuda sostenible a menudo han obtenido financiación más barata que los bonos convencionales, lo que los hace atractivos para los inversores “income” o en rentas.

Parece que los ciudadanos apoyan estas iniciativas. Según una encuesta realizada por el Instituto de Empresa, el 57% de los españoles se muestran dispuestos a pagar más por un producto sostenible. Además, el 90% apoya el uso de energías renovables y el 87% se muestra favorable a las medidas de eficiencia energética para reducir las emisiones⁵. 

De hecho, España ya se ha comprometido con iniciativas sostenibles. Dentro del Marco de Políticas de Energía y Cambio Climático prometió que en el 2030 cumpliría los acuerdos de la UE, con una reducción de las emisiones de gases invernadero de al menos un 55% respecto a 1990. Además, se comprometió a que el 32% de la generación de energía se realizase mediante fuentes renovables. Para 2050, el objetivo es alcanzar una reducción de las emisiones de un 90%⁵.

Desde entonces, el bloque de la UE ha ido aún más lejos con el acuerdo de una reducción de las emisiones de carbono del 55% en 2030 y cero emisiones netas en España en 2050.  Está claro que para cumplir estos objetivos hará falta invertir constantemente en industrias neutras en carbono.

Las renovables podrían impulsar el crecimiento

La transición a una economía más limpia y más ecológica probablemente presentará una serie de oportunidades de crecimiento. De hecho, la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA por sus siglas en inglés) ha pronosticado que, en 2030, se crearán 25 millones de nuevos empleos ecológicos. Esto ayudaría a sustituir los 7 millones perdidos debido a la pandemia⁶.

Según algunas estimaciones, por cada millón de dólares invertido en infraestructuras renovables o eficiencia energética se han creado más de 7,5 empleos a tiempo completo. Esto se compara con solo 2,65 empleos en el caso de las infraestructuras de combustibles fósiles⁷.

Estas conclusiones sobre la escala de la oportunidad están apoyadas por la Comisión Global sobre la Economía y el Clima. Concluyeron que hacer la transición a un camino de crecimiento sostenible, bajo en carbono podría ofrecer un beneficio directo inesperado de 26 billones de dólares⁸.

Uno de los ejemplos más claros de un sector nuevo y disruptivo es el del crecimiento de las ventas de vehículos eléctricos con más de 10,8 millones de unidades en las carreteras.

El análisis indica que en 2020 hubo en torno a 3,24 millones de ventas globales de vehículos eléctricos puros (BEV) y vehículos híbridos enchufables (PHEV). Una cifra que se compara con los 2,26 millones en 2019⁹.

Mientras el mercado de vehículos sufría debido a la Covid-19, con una caída de un 20% con respecto al año anterior, las ventas de vehículos eléctricos e híbridos enchufables se disparaban con un aumento del 137% con respecto a 2019¹⁰.

Según un estudio de Nissan realizado entre más de 2.500 millennials europeos en Reino Unido, Francia, Italia, Alemania y España, el 76% considera que conducir un coche ecológico es la mejor opción para que su vida sea más respetuosa con el medio ambiente¹¹. Esto ayuda a entender el potencial de crecimiento de mercado que puede ayudar a impulsar futuras rentabilidades.  

Los fondos sostenibles no dañan la rentabilidad

A pesar de las percepciones de que la inversión sostenible disminuye las rentabilidades, la evidencia indica lo contrario.  

El análisis de Morningstar ha mostrado que casi seis de cada 10 fondos sostenibles presentaron rentabilidades más elevadas que los fondos convencionales equivalentes en el periodo 2010- 2020. Basándose en 745 fondos sostenibles europeos, el análisis demostró que la mayoría de las estrategias se ha comportado mejor que los fondos no-ESG a lo largo de un año, tres años, cinco años y diez años¹¹_.

Incluso durante la pandemia, las rentabilidades ESG han seguido siendo elevadas. El análisis de 26 fondos ESG con más de 250 millones de dólares en activos, mostró que 19 batieron la rentabilidad del S&P500. Crecieron entre un 27,3% y un 55% en oposición a la subida del S&P500 del 27,1%¹²_.  (Rentabilidades pasadas no predicen rendimientos futuros)

Verde significa avanzar

La transición hacia una economía más ecológica ha avanzado a plena velocidad en los últimos años y no muestra signo alguno de freno. Tras la COP26, el apoyo gubernamental a las políticas de cero emisiones netas es más fuerte que nunca y se anunció que un objetivo clave era movilizar servicios financieros.

Los inversores individuales pueden ayudar a impulsar el aumento en inversión sostenible. Los millennials en especial han sido responsables del crecimiento de estas estrategias y fueron responsables de la inversión de 51.100 millones de dólares en fondos sostenibles en 2020, frente a menos de 5.000 millones de dólares en los cinco años anteriores¹³.

Mientras tanto, las instituciones financieras más grandes y los planes de pensiones podrían desencadenar una oleada de inversión sostenible. Esto se indicó en un informe que mostraba que el 54% de los fondos de pensiones europeos están teniendo en cuenta el cambio climático, desde el 14% de 2019¹⁴_.

A medida que los gobiernos europeos alientan la inversión en sectores más ecológicos y más limpios para cumplir los objetivos de reducción del carbono, probablemente el foco de los inversores y gobiernos se alineará más. Esto podría suponer constantes oportunidades y sugiere que el crecimiento de la inversión sostenible continúa a buen ritmo.