Nuestro enfoque activo exige que, en ocasiones, tengamos que ir más allá de los índices de referencia tradicionales para encontrar las mejores oportunidades para nuestros clientes.
En Invesco, invertimos el patrimonio de nuestros clientes únicamente cuando consideramos que vamos a lograr una recompensa adecuada. Desde nuestra experiencia, sabemos cómo aprovechar los desequilibrios significativos de riesgo y beneficio que se presentan de forma temporal en los mercados de bonos. Estos desequilibrios no se limitan a un mercado en concreto.
Por tanto, las oportunidades de inversión pueden aumentar si la gestión de nuestros fondos no está limitada por un índice de referencia. Aunque la mayor parte del fondo siempre se orientará a su mercado subyacente, podemos aprovechar los descuentos allí donde aparezcan.
Por ejemplo, algunos de los pilares de nuestro rendimiento a largo plazo han sido los títulos de capital del sector financiero, los híbridos, los bonos gubernamentales periféricos europeos y los bonos corporativos estadounidenses. En muchos casos, estos instrumentos no se encuentran dentro del índice subyacente respecto al que suelen gestionarse los fondos comparables.
Deuda financiera subordinada
Tras la crisis financiera mundial, vimos valor en la deuda bancaria subordinada. Construimos posiciones de tamaño considerable en deuda subordinada de bancos de importancia nacional, en aquellos que considerábamos demasiado importantes para quebrar.
Como estas posiciones no estaban muy representadas en los índices, muchos de nuestros homólogos las evitaron. Un análisis detallado y una operativa adecuada nos permitieron añadir posiciones en las que teníamos gran convicción. Estos bonos tenían un rendimiento muy alto y a menudo cotizaban con grandes descuentos sobre el par.
Tal y como esperábamos, los bonos se recuperaron, lo que generó una gran rentabilidad para nuestros inversores. En ese momento, logramos recoger beneficios y reducir algunos de los títulos de mayor beta en beneficio de las posiciones core.
A medida que han surgido otras oportunidades, por ejemplo, durante los periodos de volatilidad de 2016 y más recientemente durante la pandemia, hemos añadido exposición. En la actualidad, este sector del mercado continúa ofreciendo una atractiva prima de rendimiento y sigue siendo una de las principales posiciones en muchas de nuestras estrategias.
Híbridos
El bajo nivel de rentabilidad de los bonos en los últimos años ha supuesto la necesidad de considerar otras opciones distintas al mercado de bonos convencional para satisfacer la exigencia de rentas (income). Un sector del mercado que ha ayudado a cumplir este propósito es el de los bonos híbridos.
Los bonos híbridos combinan una o más de las características que ofrecen tanto los bonos como las acciones, y la combinación exacta es única para cada instrumento. Tres de las características más habituales son:
- Hasta la primera fecha de amortización se paga un cupón fijo. A partir de esta fecha, el pago de los cupones es variable y el tipo de interés se suele referenciar al mercado de swaps.
- Los emisores de deuda híbrida pueden diferir el pago de los intereses.
- En caso de insolvencia de una empresa, la deuda híbrida tiene una categoría inferior a la de otros bonos no garantizados, pero superior al de las acciones.
Como muestra la figura 1, los riesgos adicionales implican que, aunque un título híbrido tiene una beta más alta, también suele ofrecer, para compensarlo, un rendimiento más alto que la deuda sénior de una empresa. Un análisis minucioso de estos riesgos nos ha permitido añadir un interesante nivel de rentas a nuestras estrategias, a menudo mediante emisores de grado de inversión, de alta calidad y que generan mucha liquidez, como EDF, Vodafone y Volkswagen.