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¿Es fácil ser sostenible?

Green investing

La Comisión Europea tenía un último truco guardado en la manga para finales de 2021. En la víspera de Año Nuevo, hizo circular entre los Estados miembros y los eurodiputados su tan esperada y discutida propuesta de incluir la energía nuclear y el gas natural dentro de su definición de actividades “verdes”. Esto se conoce en términos técnicos como “taxonomía”. La medida ha provocado tanto indignación como reconocimiento.

Se pueden encontrar argumentos de peso en torno a esta última medida. El intento de la UE de definir qué actividades son verdaderamente sostenibles ha demostrado ser un camino largo y difícil. Este último debate ejemplifica los retos en la búsqueda del santo grial de  ESG: una definición definitiva de “inversión sostenible”. Esta debería ser común para combatir el riesgo de "greenwashing".

En este artículo, analizaremos lo que suponen las últimas propuestas de la Comisión destinadas a incluir a la energía nuclear y al gas natural en el contexto de la iniciativa Net Zero. También veremos cómo este último debate ejemplifica los desafíos en torno a la definición de verde en el contexto de las múltiples iniciativas similares en este ámbito. Concluiremos con una reflexión sobre cómo los inversores pueden dar sentido a estas definiciones divergentes para elegir productos de inversión sostenible que se ajusten a sus preferencias.

Verde, más verde, el más verde

El Acuerdo de París fue un momento decisivo. Definió un objetivo claro: limitar el aumento de la temperatura global en 2 °C, y a ser posible en no más de 1,5 °C. Para ello, los líderes mundiales acordaron alcanzar las cero emisiones netas de carbono para 2050. Aunque este objetivo final está claro, todavía hay dudas sobre cómo llegar hasta él, teniendo en cuenta los costes económicos y políticos que estas decisiones pueden implicar. En Europa, la cuestión de cómo lograr el Net Zero o cero emisiones, tanto hoy como en el futuro, se ha desarrollado a través de debates sobre el diseño de la Taxonomía Verde de la UE.

Contexto de la taxonomía de la UE

La Taxonomía Verde de la UE pretende luchar contra el "greenwashing" definiendo qué actividades, y por tanto qué inversiones en esas actividades, se pueden considerar ambientalmente sostenibles.

Dicha taxonomía define 6 objetivos medioambientales: mitigación del cambio climático, adaptación al cambio climático, biodiversidad, recursos hídricos y marinos, prevención y control de la contaminación y economía circular.

Para que una actividad se considere ambientalmente sostenible debe cumplir 4 requisitos:

  1. La actividad debe pertenecer a un sector que sea admisible en la taxonomía.
  2. Esta actividad debe cumplir los criterios de contribución significativa a uno de los objetivos medioambientales, tal y como se establece en los criterios técnicos de selección.
  3. Es preciso que la actividad no perjudique de forma significativa a ninguno de los otros objetivos medioambientales.
  4. Finalmente, la actividad debe cumplir unas garantías mínimas.

Hasta ahora, el trabajo se ha centrado en los dos objetivos del cambio climático y la mayoría de los debates han tratado sobre los criterios de mitigación del clima, que han supuesto para la Comisión Europea una auténtica avalancha de más de 46.000 respuestas a la consulta. Mientras que las ONG consideran que las normas son demasiado indulgentes y no permitirán que la UE llegue a alcanzar el objetivo Net Zero, la industria denuncia que las normas son demasiado exigentes, lo que hará que muy pocas actividades cumplan los criterios.

En la actualidad, la taxonomía está diseñada como un medio de divulgación e información para las empresas y los productos de inversión. Sin embargo, la vinculación de la taxonomía con el presupuesto de la UE y el Mecanismo para la Recuperación COVID ha establecido un precedente para que la definición de verde de la taxonomía se utilice de forma más general con el fin de determinar la inversión tanto del sector público como del privado, lo que ha generado un mayor interés por lo que se incluye y lo que no.

El sector energético es en la actualidad el responsable de aproximadamente tres cuartas partes de las emisiones de gases de efecto invernadero. Es clave para evitar los peores efectos del cambio climático, quizá el mayor reto al que se ha enfrentado la humanidad. 1 Gracias a la ciencia, se ha acelerado el aumento de las energías renovables y la eliminación progresiva de los combustibles fósiles. Pero el comunicado suavizado de la COP26, que sustituye "eliminación progresiva" por "reducción progresiva" del carbón, pone de manifiesto los retos políticos que plantea el cumplimiento de estos objetivos.

Proyección de las emisiones de gases de efecto invernadero hasta 2050
Source: IEA

Dentro de la difícil relación entre la ciencia y la economía política, hay dos cuestiones distintas pero relacionadas: se trata del papel de la energía nuclear y del gas natural. Al considerar los argumentos a favor y en contra de la inclusión de estas dos fuentes energéticas, hay varios factores que los políticos deberán tener en cuenta:

- Hasta qué punto su inclusión está en consonancia con la ciencia del clima.

- Las implicaciones económicas y políticas.

- La opinión de los inversores sobre si su inclusión debilitará la confianza en la taxonomía.

- La situación internacional.

Argumentos a favor y en contra de la energía nuclear

1. Desde el punto de vista de las emisiones de carbono, la energía nuclear se considera compatible con la ciencia del clima. Tiene un perfil de emisiones de carbono similar a otras energías renovables, como la eólica o la solar. Por supuesto, el principal problema de la energía nuclear no son las emisiones de carbono, sino los residuos tóxicos que produce. Esto supondría una contradicción con la exigencia de la taxonomía de que cualquier actividad "no cause un daño significativo" a otros objetivos medioambientales. Aunque la evaluación de la Comisión Europea considera que los actuales requisitos regulatorios son suficientes para mitigar estos riesgos, sus detractores no están convencidos. 2

Mientras el borrador de la normativa de la UE restringiría la inclusión de las infraestructuras de gas construidas antes de 2030, esta restricción todavía colocaría la Taxonomía de la UE en contradicción con la rotunda declaración del escenario Net Zero de la AIE. Esta declaración considera que, más allá de los proyectos que ya estén confirmados en 2021, no se deberían aprobar nuevos yacimientos de petróleo y gas en el futuro. Los productores de petróleo y gas deberían centrarse en la explotación de los yacimientos existentes.

2. Las repercusiones económicas y políticas de la energía nuclear varían según el país. Algunos países de la UE, como Francia, Bélgica y Hungría, dependen en gran medida de la energía nuclear, por lo que prescindir de ella resultaría enormemente costoso. Los detractores señalan que la energía nuclear es cara.

Según el informe anual "World Nuclear Status", el coste de la energía nuclear oscila entre 112 y 189 dólares por megavatio hora (MWh). Esta cifra es muy superior al coste de otras energías renovables, como la solar (de 36 a 44 dólares por MWh) y la eólica terrestre (de 29 a 56 dólares por MWh). Así mismo, mientras que el coste de las energías renovables durante su vida útil ha bajado en la última década entre un 70 y un 90%, el coste de la energía nuclear ha aumentado un 23%. Si a esto se le añade que el tiempo medio de construcción de nuevos reactores nucleares es de unos diez años, los detractores sostienen que la energía nuclear es ineficiente y demasiado lenta en el contexto de la mitigación del cambio climático. Según Statista, solo China tiene actualmente planes de instalación de nueva capacidad nuclear a gran escala.

Top 10: porcentaje de energía nuclear en la generación total de electricidad nacional en 2020

Fuente: Statista

3. Si nos fijamos en la opinión de los inversores, está claro que estos han sido y son cada vez más recelosos de la energía nuclear. Según Eurosif, la energía nuclear fue una de las principales exclusiones sectoriales que los inversores aplicaron a sus carteras, junto con otros filtros éticos como el tabaco y las armas. Los principales distintivos ESG y de inversiones verdes también se han posicionado en contra de la energía nuclear. Por ejemplo, la etiqueta "Towards Sustainability" de Febelfin equipara en sus criterios a la energía nuclear con el carbón.

4. En el ámbito internacional, la inclusión de la energía nuclear se contempla también en otras grandes potencias. Por ejemplo, el catálogo de proyectos verdes de China incluye la energía nuclear. Es probable que el Reino Unido, que también está desarrollando su propia taxonomía, estudie también su inclusión, ya que constituye un componente esencial del plan nacional para descarbonizar el sector energético. Aunque Estados Unidos está más rezagado, también se espera que la energía nuclear forme parte de la estrategia Net Zero de la administración Biden. 

Argumentos a favor y en contra del gas natural

1. El gas natural se considera un combustible de transición, ya que sus emisiones de carbono son aproximadamente el 60% de las del carbón. Este es el principal argumento para su inclusión. Es adecuado para los países que quieren prescindir del carbón a corto plazo, mientras aumentan su capacidad en energías renovables.

Sin embargo, el gas natural sigue estando muy por encima de los 100 g de CO2e/MWh recomendados por el Grupo de Expertos Técnicos para que una fuente de energía sea admisible en la taxonomía. Aunque el apoyo a la inversión para acelerar la transición del carbón en estos países puede parecer lógico, esta medida no es compatible con la mayoría de las estrategias Net Zero.

El borrador de la normativa de la UE incluye una cláusula de exclusión del gas natural de la taxonomía para 2030. Pero esto parece contradictorio con la rotunda declaración del escenario Net Zero de la AIE. Esta declaración considera que, más allá de los proyectos que ya estén confirmados en 2021, no se deberían aprobar nuevos yacimientos de petróleo y gas en el futuro. Los productores de petróleo y gas deberían centrarse en la explotación de los yacimientos existentes.

2. Desde el punto de vista político y económico, la inclusión del gas natural se considera fundamental para Polonia, República Checa y Bulgaria, que están abandonando el carbón a un ritmo mucho menor que el resto de la UE. Entre 2015 y 2030, la electricidad combinada generada a partir del carbón caerá apenas un 42% en estos tres países, frente al 99% en el resto de la UE-27. Estos tres países serán responsables de más del 95% de la generación de electricidad a partir del carbón prevista en la UE para 2030: Polonia representará el 63%, República Checa el 18% y Bulgaria el 14%. Pero no son solo los países que aún dependen del carbón los que apoyan la inclusión del gas natural como combustible de transición. Alemania también confía en el gas natural como alternativa al carbón y a la energía nuclear, como demuestra la importancia política del gaseoducto Nordsteam 2. 

Consumo de electricidad per cápita por fuente, 2020

Fuente: Datos a nivel mundial, basado en BP Statistical Review del World Energy & Ember

3. En cuanto a la opinión de los inversores, esperamos que la inclusión del gas natural inquiete a los inversores preocupados por el clima. Aunque el gas natural no figura en la lista de exclusiones más comunes, estamos viendo una tendencia creciente generalizada hacia la exclusión de los combustibles fósiles. Algunos inversores son más selectivos y se centran en el carbón o en el petróleo y el gas no convencionales (como el esquisto o las arenas bituminosas). Otros se alejan cada vez más de los combustibles fósiles en general. Los criterios de Febelfin, por ejemplo, establecen un máximo del 5% de los ingresos derivados del petróleo y el gas.

4. La inclusión del gas natural también puede deteriorar la reputación de la UE como líder en el ámbito climático y financiero sostenible. Incluso China, a la que ya se criticó por incluir el "carbón limpio" en una etapa anterior de su catálogo de proyectos verdes, se ha alejado firmemente de los combustibles fósiles. Corea del Sur, que acaba de publicar su propia taxonomía, también ha sido criticada recientemente por incluir el gas natural.

¿Quién es el más verde?

La taxonomía se considera fundamental para los esfuerzos de financiación sostenible de la UE, y cada vez se extiende más a otros ámbitos políticos, como el presupuesto de la UE y la financiación para la recuperación de la COVID. Pero no es la única iniciativa que está en marcha en la actualidad con el objetivo de definir lo que entendemos por verde. El aumento de iniciativas y la falta de coherencia entre ellas pueden suponer un reto para los inversores a la hora de decidir qué estándares son adecuados para ellos.

Para valorar y considerar qué marcos responden mejor a las necesidades de los inversores, hay varios elementos que difieren entre los principales marcos que existen actualmente en este ámbito:

Trayectoria de descarbonización frente a soluciones climáticas: mientras que muchos marcos se centran en la descarbonización de las carteras (como los SBT o los índices de referencia alineados con el Acuerdo de París), la taxonomía, al igual que algunas bases de datos de ingresos verdes, se centra en la definición de soluciones climáticas. El Marco de Inversión Cero Neto del IIGCC incluye ambas consideraciones.

Exclusiones sectoriales relacionadas con el clima: muchos marcos enfocados en la descarbonización no excluyen fuentes de energía específicas, sino que se centran en un planteamiento de descarbonización más general. Numerosos enfoques de inversores se centran en el compromiso, más que en la desinversión, como herramienta principal para hacer frente a los retrasos en la lucha contra el cambio climático. Esto no siempre responde a las necesidades de los clientes que tienen opiniones específicas sobre sectores controvertidos. Los índices de referencia alineados con el Acuerdo de París combinan un enfoque de descarbonización con exclusiones sectoriales, mientras que la taxonomía únicamente contempla los sectores admisibles.

Principio de "no causar daños significativos": muchas iniciativas impulsadas por la UE, incluida la taxonomía, adoptan un enfoque que da prioridad al clima, además de incluir el principio de "no causar daños significativos". Este principio está relacionado con cuestiones medioambientales más generales y, en menor medida, con cuestiones sociales. Sin embargo, muchas iniciativas globales y dirigidas por el mercado tienen un enfoque más específico y se centran claramente en el clima. 

  Soluciones climáticas Trayectoria de descarbonización Exclusiones sectoriales Criterios ambientales o sociales más generales
Taxonomía de la UE Sí: define las actividades que contribuyen sustancialmente a un objetivo medioambiental. No. No: los combustibles fósiles sólidos (como el carbón) están explícitamente excluidos de la taxonomía, pero por lo demás adopta un enfoque tecnológico neutral. Sin embargo, actualmente solo se incluyen algunos sectores y la inclusión de otros, como la energía nuclear y el gas natural, ha resultado controvertida. Sí: la taxonomía exige que cualquier actividad cumpla también rigurosos requisitos para limitar el daño en otros aspectos medioambientales y sociales.
Marco de inversión Cero Neto Sí: el marco recomienda que los inversores establezcan un objetivo de soluciones climáticas. Sin embargo, esto es secundario con respecto al requisito principal de descarbonizar las carteras.  Sí: el marco requiere que las carteras de inversión establezcan objetivos de descarbonización, con un nivel propuesto del -50% para 2030.  No: el marco se centra más en la descarbonización de los sectores más importantes y en el compromiso que en las exclusiones sectoriales.   No: el marco se centra en el cambio climático y no obliga a abordar otras cuestiones medioambientales o sociales, aunque la norma recomienda tener en cuenta las cuestiones sociales relacionadas con el cambio climático.
Transición climática e índices de referencia alineados con el Acuerdo de París No: las normas no establecen actualmente un objetivo para las soluciones climáticas, aunque la Comisión Europea está considerando adaptar en el futuro las metodologías a la taxonomía. Sí: además de una descarbonización inmediata del 30% y del 50% respectivamente para los CTBs y PABs (índices de referencia de transición climática y alineados con los Acuerdos de París, respectivamente), los índices de referencia también deben reducir las emisiones de carbono en un 7% anual.  Sí: los PABs (a diferencia de los CTBs) incluyen una serie de exclusiones relacionadas con los combustibles fósiles y la energía. Sí: las normas incluyen exclusiones basadas en cuestiones sociales (armas, infractores del Pacto Mundial de la ONU), así como en el daño en otros objetivos medioambientales. 
Objetivos basados en la ciencia (SBTs) No: los SBTs no implican necesariamente invertir en soluciones de carbono. Sí: el pilar principal de los SBTs es que las empresas establezcan objetivos de descarbonización. No: el marco no establece exclusiones obligatorias y se dirige a los mayores emisores. No: el marco se centra únicamente en la reducción de las emisiones de carbono y no tiene en cuenta cuestiones medioambientales o sociales más generales. 
Panorama general

Los avances en la taxonomía de la UE se están produciendo en un contexto de gran agitación. Hay numerosas iniciativas relacionadas y que se solapan, tanto en la UE como en el resto del mundo. Aunque la UE espera que su taxonomía sirva en última instancia como "un anillo para gobernarlos a todos", es probable que pase tiempo antes de que esté lo suficientemente desarrollada y madura como para hacerlo. 

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En última instancia, es muy probable que la multitud de riesgos que suponen las normas divergentes genere desconfianza y pueda desanimar a los inversores. Esto se contradice con los objetivos de luchar contra el "greenwashing" y animar a los inversores a invertir de forma sostenible.

Según un estudio de Invesco realizado en 2021, la falta de confianza y la dificultad para entender los conceptos de las finanzas sostenibles actúan como una barrera para que los inversores minoristas se involucren en esta tendencia. 

Me gustaría pensar que utilizo mi dinero de forma adecuada, pero necesito estar convencido de que es lo que pone en la etiqueta. Supongo que la barrera es la confianza, es decir, que lo que se nos ofrece hará realmente lo que se espera que haga.

Inversor, H., 55-64 años.
¿Cuáles de los siguientes aspectos cree que son “pain points”/obstáculos para entender mejor la inversión sostenible? Seleccione todos los que correspondan

Source: Invesco, 2021. Base: 201 respuestas.

* Conocimientos sobre inversión sostenible: Bajo: 43%, Medio: 44%, Alto: 23%

** Por debajo de: 30%

† 'Otra' se compone de:

  • Conocimientos sobre cómo son realmente las organizaciones
  • Capacidad para evaluar correctamente las afirmaciones sostenibles
  • “Greenwashing”
  • Comprensión de qué son las rentabilidades
  • Definiciones/medidas universales
  • Grandes cantidades de datos
  • Demasiadas métricas
  • Falta de registros históricos debido a su reciente aparición

La nueva normativa, que entrará en vigor en agosto de 2022 en la UE, obligará a los asesores financieros a evaluar las preferencias de sus clientes con respecto a la sostenibilidad según uno de estos tres criterios:

- Porcentaje que se invierte en inversiones alineadas con la taxonomía.

- Porcentaje que se invierte en inversiones sostenibles (según la definición del SFDR).

- Consideración de los principales impactos adversos.

Según nuestro estudio, los inversores menos experimentados pueden tener dificultades para expresar sus preferencias en materia de sostenibilidad de acuerdo con estos criterios y definiciones establecidos por la normativa. Es posible que la confianza en marcos regulatorios definidos, como la taxonomía, no sea suficiente para garantizar que los inversores comprendan exactamente qué se incluye en su cartera y qué no. Más aún en aquellos casos en los que se incluyen fuentes de energía más controvertidas. La información clara y el diálogo con los clientes serán fundamentales para entender sus preferencias y reducir el riesgo de que se perciba "greenwashing" en los productos. 

Fuentes

  • IEA, Net Zero para 2050, mayo 2021.

    2 Comisión Europea, informe "Opinion of the Group of Experts referred to in Article 31 of the Euratom Treaty on the Joint Research Centre's Report Technical assessment of nuclear energy with respect to the 'do no significant harm' criteria of Regulation (EU) 2020/852 ('Taxonomy Regulation')", julio de 2021.

Consideraciones de riesgo

  • El valor de las inversiones fluctuará, así como cualquier ingreso que estas puedan generar. En parte, esto puede deberse a las variaciones de los tipos de cambio. Los inversores podrían no recuperar todo el capital invertido.

Información importante

  • Esta comunicación de marketing es solo para fines de discusión y es para uso exclusivo de inversores profesionales en España. No está destinado para distribuirse al público. Los inversores deben leer la documentación legal antes de invertir.

     

    Datos a febrero de 2022, salvo mención expresa.

     

    El presente documento es de carácter comercial y no tiene como fin constituir recomendación para comprar o vender clases de activos, estrategias o valores concretos. Por tanto, no resultan de aplicación las obligaciones reglamentarias que exigen imparcialidad en cuanto a recomendaciones o estrategias de inversión, ni tampoco prohibiciones de negociación previas a la publicación.

     

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