Estados Unidos es una excepción a la tendencia desinflacionaria. Los aranceles pueden elevar los precios tanto a la producción como al consumo, lo que ayuda a explicar por qué la Reserva Federal no ha rebajado los tipos de interés desde diciembre de 2024. Los miembros del FOMC han señalado que están dispuestos a retrasar nuevos recortes hasta más adelante este año. Por el contrario, la caída de los precios de las materias primas y la debilidad del dólar deberían favorecer la desinflación en el extranjero, lo cual permitiría a otros bancos centrales continuar con la flexibilización de sus políticas (véase el gráfico 9). Creemos que la Reserva Federal actuará con rapidez cuando decida retomar la relajación de su política monetaria.
Momentum de los activos: ¿ha terminado la corrección?
Durante el último año, la práctica totalidad de los catorce activos globales que seguimos obtuvieron rentabilidades totales positivas, excepto las materias primas. Los que mejor se comportaron fueron el bitcoin, el oro y la renta variable (tanto estadounidense como no estadounidense). China obtuvo una rentabilidad relativa positiva y nuestra sobreponderación en ese mercado nos ayudó, aunque mantuvimos nuestra infraponderación en renta variable estadounidense. En renta fija, los mercados emergentes estaban más adelantados en el ciclo, por lo que decidimos sobreponderarlos.
El dólar se ha mantenido estable en general durante el último año, según el índice ponderado por el comercio de Goldman Sachs, pero se ha debilitado frente a varias divisas importantes. En los últimos meses, el momentum ha virado. Desde finales de febrero, más activos han registrado rendimientos negativos, en particular, el capital privado, las materias primas y la renta variable estadounidense.
El bitcoin y el oro siguen siendo los que mejor rendimiento obtienen, junto con la renta variable no estadounidense, en especial, la japonesa. La deuda pública ha mejorado su rentabilidad relativa, mientras que el dólar se ha debilitado. A pesar de la volatilidad del mercado en abril, el rendimiento de los activos se ha mantenido sorprendentemente resiliente. La renta variable estadounidense repuntó en mayo, incluso cuando activos refugio como los bonos y el oro perdieron terreno.
La pregunta clave ahora es si el reciente rendimiento superior de la renta variable frente a la deuda pública y el liderazgo de las acciones estadounidenses son un verdadero cambio de tendencia o solo un respiro temporal. Creemos que la respuesta está en el ciclo económico. A menos que el crecimiento del PIB mundial se ralentice de forma significativa, dudamos que activos defensivos como la deuda pública y el crédito con grado de inversión vayan a liderar el mercado.
Lo que sí esperamos es una aceleración de la economía mundial para el año que tenemos por delante. Es de suponer que ese entorno favorezca a determinados activos de mayor riesgo, como la renta variable no estadounidense y las materias primas industriales. Sin embargo, seguimos siendo cautelosos con respecto a las acciones estadounidenses debido a las preocupaciones sobre las valoraciones y las perspectivas nacionales. También observamos valoraciones excesivas en el dólar, el oro y el bitcoin.