Los contratos más negociados suelen ser los correspondientes al mes de entrega más próximo (el "mes más cercano"). Los futuros se compensan de forma centralizada y los miembros compensadores son quienes asumen los márgenes. En la actualidad, los futuros no sólo se negocian entre personas interesadas en las materias primas físicas, sino también entre quienes buscan exponerse al precio de dichas materias primas y no quieren recibirlas físicamente.
Exposición a las materias primas
Aunque algunas materias primas se pueden comprar y mantener físicamente, resulta costoso y extremadamente ineficaz si se tienen en cuenta los gastos de transporte, el almacenamiento y los seguros. También es necesario encontrar a alguien dispuesto a vender la materia prima y negociar con esta persona el precio y las condiciones de entrega.
Si no nos interesa disponer de las materias primas físicamente, sino que simplemente buscamos tener exposición a sus precios, los futuros pueden ser una alternativa mejor. Es necesario acordarse de cerrar la posición larga de futuros o de prorrogarla a un contrato posterior antes de su vencimiento, a menos que queramos que un camión aparezca en la puerta de nuestra casa para entregarnos la materia prima en cuestión. Los futuros pueden ser rentables porque sólo es necesario depositar una fracción del valor del contrato, denominada “margen”. Es posible que se requiera una aportación adicional cada vez que baje el precio de los futuros, lo que se conoce como ajuste de márgenes.
Sin embargo, la forma más popular que tienen los inversores de exponerse a las materias primas es a través de los productos cotizados. Podemos exponernos a una sola materia prima a través de un producto cotizado (ETC) o a una cesta de materias primas, como las representadas por el índice BCOM, a través de un ETF. Invertir en este tipo de productos ofrece una exposición fácil, sin tener que preocuparse por los “marging calls”, prorrogar los futuros o que aparezca un camión en la puerta de casa.
¿Por qué invertir en materias primas?
Las materias primas pueden ofrecer tres posibles ventajas a quienes invierten, teniendo siempre en cuenta los riesgos:
Diversificación
Como clase de activos, las materias primas presentan una baja correlación tanto con la renta variable como con la renta fija, lo que resulta especialmente útil para lograr la diversificación de la cartera. Las materias primas pueden verse impactadas por una amplia variedad de factores, como la política, las regulaciones, el clima, la estacionalidad, la economía, la sustitución, la oferta y la demanda, que son diferentes de los que afectan a los precios de la renta variable y la renta fija. La asignación a materias primas depende de la composición de la cartera actual, pero los estudios sugieren que entre un 5% y un 10% puede mejorar de forma significativa el perfil típico de rentabilidad-riesgo.