ETF Un enfoque sistemático y probado en la gestión activa de inversiones
¿Qué podrías conseguir con un enfoque sistemático de gestión activa? ¿Qué papel podría tener en tu cartera un ETF activo de renta variable?
Si eres uno de los millones de inversores de todo el planeta que quieren adentrarse en el mundo de los fondos cotizados (ETFs), hay varios puntos que tener en cuenta.
Los ETFs se pueden comprar o vender exactamente igual que las acciones de una empresa; es decir, en cualquier momento durante una sesión de bolsa. Su gran popularidad se debe a su bajo coste y su capacidad para ofrecer distintos grados de exposición a acciones, bonos o materias primas, entre otras; a veces, incluso en una sola inversión.
Los ETFs no cuentan con gestores que cobren por anticiparse al mercado, sino que siguen un enfoque pasivo que consiste en replicar la rentabilidad de un índice concreto, como el FTSE 100 Index en el Reino Unido o el S&P 500 Index en Estados Unidos.
En principio, cualquier inversor podría comprar acciones de las empresas incluidas en un índice, pero llevaría mucho esfuerzo y coste. Si prefieres algo más fácil y económico, podrías considerar una solución especializada: por ejemplo, si crees que el mercado británico va a repuntar, con tan solo una acción del FTSE 100 ETF estarías ganando exposición inmediata a la evolución de las 100 empresas más grandes del Reino Unido.
Los ETFs pueden emplear distintos métodos para tratar de replicar índices de referencia (cestas de acciones):
Algunos pueden optar por la replicación física, que consiste en comprar acciones de todas las empresas incluidas en un índice o solo una muestra representativa. En consecuencia, acaban siendo muy similares al índice que están replicando.
Los ETFs físicos obtienen mejores resultados en mercados de gran tamaño en los que es fácil comprar y vender las acciones subyacentes.
Otros ETFs, sin embargo, siguen un método menos directo. Es el caso de los que están basados en swaps o apuestan por la replicación sintética.
En lugar de comprar las acciones que componen un índice, los ETFs basados en swaps emplean contratos de permuta financiera suscritos entre el ETF y una contraparte, que suele ser un banco, a través de los cuales reciben la rentabilidad del índice.
A cambio de una comisión, la entidad bancaria que ha emitido el swap se compromete a ofrecer la rentabilidad del índice al ETF, lo que ayuda a este tipo de vehículos a reproducirla con un increíble grado de precisión, incluso en entornos difíciles.
Si la composición de los ETFs físicos resultaba muy similar a la de los índices que replican, en el caso de los ETFs basados en swaps, la cesta suele diferir bastante.
El valor del ETF está garantizado por la cesta, custodiada exclusivamente por el fondo, y la renovación del swap sirve únicamente para ajustar la rentabilidad de la cesta a la evolución del índice que se está replicando.
A la hora de elegir, hay que tener en cuenta varios factores. En algunos mercados, los ETFs basados en swaps pueden ofrecer una ventaja más evidente para quienes no se echan atrás ante la complejidad o el riesgo.
Por ejemplo:
En Estados Unidos, las normas tributarias actuales permiten que los ETFs europeos basados en swaps que replican la rentabilidad de ciertos índices estadounidenses de renta variable no tengan que pagar retenciones en origen por los dividendos que abonan las empresas que componen el índice, mientras que los ETFs físicos deben declarar estos ingresos a un tipo impositivo de entre el 15 y el 30%. En esta situación, por tanto, un ETF basado en swaps puede batir a un ETF físico que replique al mismo índice.
Teniendo en cuenta que la exposición a Estados Unidos suele representar una proporción significativa de una cartera equilibrada, esta ventaja puede resultar muy útil. Quienes invierten en renta variable global también pueden aprovecharla, porque las acciones estadounidenses conforman cerca del 70% de un índice como el MSCI World Index.
En el mercado de acciones A de China, los ETFs basados en swaps también pueden sacar partido de una dinámica única con el potencial para multiplicar la rentabilidad: China restringe el acceso a su mercado a los inversores extranjeros, por lo que los ETFs basados en swaps de acciones A de China son una estrategia con capacidad demostrada para batir con creces a los índices que replican. Del mismo modo, permiten acceder al enorme volumen de empresas que componen los índices de muchos mercados emergentes, pero que están fuera de los canales más habituales de negociación.
Volviendo a mercados más conocidos, también se pueden abaratar los costes usando ETFs basados en swaps para acceder a las bolsas británicas y europeas, dado que están exentos de los impuestos de timbre y los gravámenes aplicables a las transacciones financieras que sí tienen que pagar sus homólogos de replicación física al comprar acciones de las empresas de un índice.
Quizá pienses que se trata de un ahorro marginal, pero, sumando todas las ventajas de los ETFs basados en swaps, la diferencia puede ser notable.
Si optas por una estrategia basada en swaps, en lugar de por la replicación física, puedes maximizar la rentabilidad de tu cartera sin desviarte mucho de tu perfil de riesgo y rentabilidad.
Ahora bien, como en toda inversión, tu capital está en riesgo. En el caso de los ETFs con exposición a inversiones en renta variable, el mayor riesgo es la posibilidad de que las empresas en las que invierte el fondo pierdan dinero, algo que afecta tanto a los ETFs basados en swaps como a los de replicación física.
El otro peligro de los ETFs basados en swaps es lo que se conoce como “riesgo de contraparte”, la posibilidad de que la entidad bancaria que haya suscrito el contrato de permuta con el ETF no pueda cumplir sus obligaciones.
Al fin y al cabo, si la contraparte se declara insolvente, el swap perderá todo su valor y el ETF dependerá del valor de los activos en su cesta.
Ya sigan un enfoque físico o basado en swaps, los ETFs pueden incrementar la diversificación de las carteras. Para elegir, considera en qué te gustaría invertir y analiza las opciones que te ofrece cada ETF. Si hay disponible una versión basada en swaps, es muy posible que sea por algo, así que piensa en si te beneficiaría disfrutar de sus ventajas en términos fiscales o de costes.
La creciente popularidad de los ETFs basados en swaps demuestra que quienes invierten están buscando nuevos enfoques en ciertos mercados, siempre y cuando tengan oportunidades de conseguir mejores rendimientos.
El ETF “perfecto” no existe, sino que debemos tener en cuenta nuestra situación y considerar todos los factores para que la cartera resultante se ajuste a nuestras metas y preferencias.
¿Qué podrías conseguir con un enfoque sistemático de gestión activa? ¿Qué papel podría tener en tu cartera un ETF activo de renta variable?
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Los ETFs europeos han batido récords: solo en septiembre, el volumen de nuevos activos netos llegó a los 46.800 mill. USD, con lo que los activos gestionados superan ya los tres billones de USD.