¿Dónde se encuentran los riesgos de la renta variable europea?
Los más importantes son la recesión y el tipo de desaceleración que se avecina, brusca o suave, así como la evolución de los tipos de interés. Ambas cuestiones repercutirán en todos los mercados, no solo en la renta variable europea.
Si abordamos en primer lugar la preocupación que suscita la recesión, los datos macroeconómicos europeos y los informes de las empresas han puesto de manifiesto que el sector manufacturero ha sido el más afectado por la reciente debilidad económica, incluida la grave reducción cíclica de existencias. Sin embargo, el sector servicios y el de consumo se han mostrado mucho más resistentes gracias al alto nivel de empleo, el crecimiento salarial, el fuerte ahorro y la demanda acumulada.
Esta situación económica se ha reflejado en los precios de las acciones, ya que las empresas del sector petrolero, por ejemplo, han sufrido recortes en sus beneficios y las valoraciones han bajado en consecuencia. En algunos casos, el impacto ha sido mayor que en 2009. Por otro lado, los beneficios de las empresas de servicios orientadas al consumidor se han mantenido sólidos y las valoraciones siguen siendo bastante elevadas en comparación con los datos históricos.
En el supuesto de que experimentemos una desaceleración "suave", cabría esperar un repunte de los sectores petrolero y manufacturero, tanto desde el punto de vista operativo como de las valoraciones, ya que fueron los primeros en entrar en recesión y creemos que serán los primeros en salir de esta situación. En un escenario de desaceleración "brusca", pensamos que la caída de los sectores cíclicos del mercado será más limitada, dados los fuertes recortes ya previstos. Por el contrario, en el caso del sector de servicios y de consumo, el riesgo de caída y de deterioro de las valoraciones sería significativo. En nuestra estrategia europea, preferimos la exposición cíclica al sector manufacturero e industrial, y descartamos las empresas de servicios y consumo, que presentan un riesgo tanto cíclico como de deterioro de su valoración.
En cuanto a los tipos de interés, creemos que es poco probable que regresemos a los mínimos que vivimos en la década posterior a la crisis financiera mundial. El desempleo es bajo, los salarios siguen creciendo y la inflación se mantiene por encima de la tendencia. Creemos que el riesgo es que los tipos de interés se mantengan más altos durante más tiempo: una meseta en lugar de un pico escarpado. Los valores growth, o de mayor duración, como las tecnológicas, se han beneficiado de los bajos tipos de interés durante la última década para financiar su expansión y sostener sus múltiplos de valoración. Este sector podría tener dificultades para seguir siendo el más rentable.