Europa ofrece un mercado de renta variable diverso, amplio y complejo. Con diferentes culturas, sistemas políticos y perfiles económicos, presenta algunas oportunidades de inversión atractivas para quienes seleccionan valores de forma activa.
Además, creemos que la renta variable europea presenta una valoración atractiva tanto desde el punto de vista histórico como regional, y las estimaciones son extremadamente bajas. Esta combinación puede dar lugar a una evolución considerablemente positiva de las cotizaciones cuando surjan nuevos acontecimientos o datos que sorprendan al alza, aunque solo sea ligeramente.
Europa ha sido durante mucho tiempo una región de muy bajo crecimiento, por lo que es frecuente que las oportunidades que ofrece pasen desapercibidas. Sin embargo, en la actualidad estamos observando un giro en los datos macroeconómicos, tanto en términos absolutos como en relación con los índices de gestores de compras (PMI) de EE.UU. (un indicador económico muy utilizado para evaluar la salud de un país en los sectores manufacturero o de servicios). Parece que ha tocado fondo.
A medida que los datos del PMI de servicios están mejorando, los niveles de existencias son bajos y parece que han cesado los problemas de abastecimiento. Aunque la inflación está bajando, el crecimiento de los salarios reales es positivo, lo que favorece el aumento del gasto en consumo.
El ciclo crediticio parece estar mejorando, hay un aumento de la demanda y una aceptación general de que los tipos de interés se van a normalizar, lo que debería estimular aún más la inversión. Puede que la recuperación no sea rápida, más en forma de "U" que de "V", pero parece probable que se produzca una desaceleración suave, aunque las valoraciones de las acciones europeas no lo reflejen. Aquí está la oportunidad.
Este contexto económico moderado no favorece ningún sesgo de estilo de inversión en particular, sino que podría beneficiar en gran medida a la selección de valores por fundamentales.