Nuestras estrategias están orientadas a maximizar la rentabilidad total, principalmente a través de la inversión en una asignación flexible de títulos de deuda y activos monetarios. No tenemos las restricciones de los índices de referencia y podemos distribuir la cartera de forma activa entre bonos corporativos, deuda pública, bonos high yield, mercados desarrollados y emergentes y activos monetarios en los mercados de renta fija de todo el mundo.
La flexibilidad es la base de nuestra estrategia. Solo invertimos cuando creemos que el potencial de rentabilidad es suficiente para compensar el riesgo y ajustamos nuestra asignación de activos en respuesta a los cambios del mercado. Esto supone que en ocasiones podemos reducir significativamente el riesgo de mercado en nuestras carteras, cuando consideremos que la recompensa no es la adecuada. Esta flexibilidad nos permite asimismo gestionar de forma activa diversos riesgos, como la duración, el crédito, la curva de rendimientos y el riesgo de divisas, tanto a nivel táctico (a corto plazo) como estratégico (a largo plazo).